Este principio establece que la energía ni se crea
ni se destruye, solamente se transforma.
Cualesquiera que sean las modificaciones de energía
en el interior de un sistema, la cantidad total de energía en el mismo es
constante.
Principio de Degradación de la Energía
Cuando se efectúa una transformación de energía de
una forma u otra siempre surge energía térmica, aún cuando el objetivo sea
otro. Se trata de una energía térmica no utilizable, pero igualmente cumple con
el principio de conservación, debido a que no se produce destrucción de
energía.
La cantidad de energía que se obtiene en el modo
deseado, es siempre menor al valor de la energía empleada en un principio.
Ejemplos:
Al transformarse la energía química potencial del
carbón en energía calorífica, y posteriormente en energía mecánica en la
turbina de vapor, está última energía constituye una porción débil de la
primitiva. El remanente no ha desaparecido ni se ha destruido, sino que se ha
transformado en energía térmica no útil. Esta se ha disipado en los diferentes
elementos que componen la instalación.
Un motor eléctrico que se encuentra conectado a la
red, sufre un calentamiento. Esto se debe a que una parte de la energía eléctrica
se transforma en calor, por lo que, el valor de la energía mecánica obtenida,
no es igual al de la energía empleada en un principio.
Si se trata de una transformación directa de
energía eléctrica en calorífica, puede deducirse que existe una mínima degradación
o pérdida.