Las sustancias
tienen distintas capacidades de absorber energía en forma de calor, ya que
frente a la misma cantidad de calor, sus temperaturas varían en formas
diferentes.
Por ejemplo, si se
entrega igual cantidad de calor a una cuchara de aluminio y a una masa
equivalente de agua, al cabo de un cierto tiempo se podrá observar que la
cuchara registra un mayor aumento de temperatura que el agua.
Las sustancias
tienen capacidades distintas de almacenamiento de energía, y esto es muy
evidente con los alimentos.
Si se colocan en un
horno al mismo tiempo una fuente de papas y una cantidad de masa equivalente de
pollo, se advierte que las papas tardan más tiempo en llegar a la temperatura
en equilibrio. Esto ocurre porque diferentes sustancias requieren distintas cantidades
de calor para alcanzar una misma temperatura. Se dice que estos alimentos tienen
distintas capacidades caloríficas específicas o calores específicos.
El calor
específico o capacidad
calorífica específica,
c, de una sustancia es la cantidad de
calor necesaria para variar su temperatura en una unidad por unidad de masa.
Por ejemplo, el calor
especifico del agua es 1 cal/g °C, lo que significa que cada gramo de agua
necesita intercambiar una caloría para variar su temperatura un grado Celsius.
El agua tiene una mayor capacidad de almacenar energía que muchas otras
sustancias. Por tal razón, una pequeña masa de agua absorbe una gran cantidad
de calor, con un aumento relativo de temperatura bastante pequeño. Por el mismo
motivo se puede explicar que el agua se enfría más lentamente que otras
sustancias. Es por esto que el agua se usa como refrigerante en muchas
maquinarias o sistemas, como por ejemplo los automóviles.
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