En la vida cotidiana resulta útil conocer la
temperatura del aire, ya que brinda información sobre el estado del tiempo y
las condiciones climáticas. También puede resultar útil controlar la
temperatura corporal en los enfermos, o la temperatura de conservación de
algunos alimentos.
Para medir la temperatura es necesario disponer
de un instrumento llamado termómetro.
Los termómetros pueden tener distintas escalas que
permiten asignar un número a cada estado térmico. Para calibrar un termómetro
se deben considerar dos puntos de referencia, llamados puntos fijos. Algunas
variantes en su determinación son las siguientes.
Escala Fahrenheit
A principios del siglo
XVIII, Gabriel Fahrenheit (1686-1736) creó la escala que lleva su nombre. El
punto fijo inferior de esta escala corresponde a la temperatura de fusión de
una solución de cloruro de amonio en agua, a la que asignó el valor 0 ºF. El
punto fijo superior corresponde a la temperatura de agua en ebullición a la que
asignó el valor 212 ºF. Un termómetro así graduado indica que la temperatura de
fusión del hielo a presión normal es 32 ºF. Esta escala es muy utilizada en
algunos países, como los Estados Unidos.
Escala Celsius
En 1743, Anders Celsius (1701-1744) creó la
escala Celsius. En esta escala se asignó al punto de fusión del hielo a una
temperatura de 0 ºC y al punto de ebullición del agua 100 ºC, ambos valores a
presión normal. Es utilizada en la mayoría de los países de Europa y América
latina.
Como en la escala Fahrenheit el punto de fusión del
hielo corresponde a 32 ºF, se tiene que 0 ºC corresponde a 32ºF. Con lo cual,
mientras en la escala Celsius el intervalo entre los puntos de fusión y
ebullición del agua queda divido en 100 partes iguales, la escala Fahrenheit
divide al mismo intervalo en 180 partes iguales (de 32ºF a 212ºF).
Escala Kelvin
Fue nombrada así en honor a William Thomson, el
que más tarde sería Lord Kelvin (1824-1907), quien a los 24 años creó una
escala termométrica de gran uso en muchos países del mundo. Esta escala se
calibra en términos de la energía de los cuerpos, de modo tal que existe un
límite de la temperatura mínima posible, que corresponde al menor estado
térmico que puede alcanzar la materia. A este límite se lo denominó 0 K o cero
absoluto.
Las unidades de la escala Kelvin se dimensionan
de igual forma que los grados de la escala Celsius; esto significa que una
variación de temperatura de diez grados Kelvin es lo mismo que una variación de
10 grados Celsius. Luego, sobre la base de la escala Celsius se asigna 273,15 K
a la temperatura de fusión del hielo, es decir 0 ºC, y 373,15 K para la
temperatura de ebullición del agua, o sea 100 ºC. De este modo el 0 K coincide
con el –273,15 ºC.
Esta escala es la única utilizada por los científicos
para desarrollos teóricos y es la que se toma como la unidad de temperatura en
el Sistema Internacional de Unidades (SI) y en el Sistema Métrico Legal
Argentino (SIMELA). Se representa con la letra K, y no ºK.
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